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He conocido muchas casas rurales por toda España, pero ninguna como esta. Está llena de detalles que la hacen súper cómoda. Todo muy cuidado y con mucho gusto. La casa es muy calentita, tiene chimenea en el salón y en la suite, que es donde nos alojamos. El jacuzzi de esa habitación es enorme y no tiene precio darse un bañito con velitas y la chimenea encendida. Te ponen hasta un bote de sales para el baño. La chimenea tira muy bien y te la dejan preparadita. Por la mañana el despertar es precioso, abres las ventanas y es todo monte, verde, naturaleza…tiene una terraza muy bonita, con un sofá y todo…espectaculares vistas, la verdad. Los chicos que llevan la casa, Roberto y Rosana, son encantadores. Nos recomendaron rutas para visitar por la zona: cuevas, cascadas, montes, ermitas…. o incluso ir a tomar unos vinos a la calle Laurel de Logroño, que está sólo a veintitantos km. El desayuno riquísimo, tostadas, un bizcocho casero, zumito natural… Tiene aparcamiento al ladito y sin problema. Vamos, totalmente recomendable, un diez a todo!